2008.06.12 > El Fin de los Tiempos ( The Happening )
EL FIN DE LOS TIEMPOS
“A la ciencia se le ocurrirá alguna razón para ponerlo en los libros, pero al final sólo
será una teoría. Fracasaremos en reconocer que hay fuerzas trabajando
más allá de nuestro entendimiento”.
-- de EL FIN DE LOS TIEMPOS
El director M. Night Shyamalan (The Sixth Sense, Signs) nos presenta un vertiginoso y vibrante thriller de paranoia, acerca de una familia que huye aterrorizada de un inexplicable e implacable incidente que amenaza no sólo a la humanidad…sino al instinto humano más básico que hay: la supervivencia.
Comienza sin una clara advertencia. Parece haber salido de la nada. En cuestión de minutos, episodios de muertes extrañas y alarmantes —que desafían la razón y alteran la mente por su impactante destructividad— se desatan en las principales ciudades de los Estados Unidos. ¿Qué está provocando este colapso repentino y absoluto del comportamiento humano? ¿Acaso será un nuevo tipo de ataque terrorista, un experimento fallido, una diabólica arma tóxica, un virus fuera de control? ¿Se transmite por aire, por agua…cómo?
Para Elliot Moore (MARK WAHLBERG, actor nominado al Premio de la Academia®), profesor de ciencias de Filadelfia, lo más importante es encontrar una manera de escapar del misterioso y mortal fenómeno. Si bien él y su esposa Alma (ZOOEY DESCHANEL) se encuentran en medio de una crisis marital, huyen, primero por tren, después por automóvil, con Julian, amigo de Elliot y profesor de matemáticas (JOHN LEGUIZAMO, actor nominado al Premio Emmy®), y su hija de ocho años Jess (ASHLYN SANCHEZ), hacia las tierras de cultivo de Pensilvania, donde esperan estar fuera del alcance de los espeluznantes y cada vez más frecuentes ataques. No obstante, al poco tiempo se vuelve evidente que nadie —y ningún lugar— está seguro. Este asesino aterrador e invisible no puede ser evadido. Es solamente cuando Elliot comienza a descubrir la verdadera naturaleza de lo que está acechando allá afuera —y justo lo que desencadenó esta fuerza que amenaza el futuro de la humanidad—, que descubre un ápice de esperanza para que su tambaleante familia pueda escapar de lo que está sucediendo.
El escritor y director M. Night Shyamalan se ha convertido en uno de nuestros más excelsos narradores de fábulas cinematográficas contemporáneas, gracias a un legado de exitosos y variados filmes que presentan su distintiva mezcla de suspenso, drama, humor y genuina emotividad. Desde su debut con la innovadora historia de fantasmas The Sixth Sense, ha forjado una serie de fascinantes películas modernas que exploran provocadores misterios humanos, por los que ha recibido grandes elogios de la crítica y que han gozado de un éxito fenomenal en taquilla a lo largo de este trayecto.
Ahora, con EL FIN DE LOS TIEMPOS, Shyamalan regresa a sus orígenes con un thriller descarnado y angustiantemente intenso —una historia de desastres, de un perturbador escape y de una naturaleza en una pelea mortal contra la humanidad. En su esencia, la historia es quizás su más inmediata y directa, ya que sigue solamente a tres personas —un hombre, una mujer y una niña— de viaje, huyendo de una catástrofe indescriptible y anónima. Pero también es una historia que propone audazmente una visión de un apocalipsis épico generado no directamente por el hombre sino por el mundo natural; que pregunta qué sucede cuando el instinto humano básico de supervivencia abandona el camino correcto; y que explora cómo el amor y el cariño podrían ayudar a mantenernos vivo en los momentos más sombríos y amenazadores.
La idea para EL FIN DE LOS TIEMPOS le llegó a Shyamalan mientras manejaba por la campiña de Nueva Jersey, viendo pasar un mundo exuberante y verde a través de su parabrisas. “Iba camino a Nueva York”, recuerda, “era un día hermoso y los árboles colgaban encima de la autopista, y de repente pensé, ‘¿qué si un día la naturaleza nos diera la espalda?’ En ese momento, toda la estructura de la historia para EL FIN DE LOS TIEMPOS me vino a la cabeza de manera instantánea y los personajes repentinamente se delinearon por completo. Fue un gran sentimiento porque las películas siempre se vuelven mucho más accesibles cuando el elemento predominante es la estructura”.
Incluso desde esos primeros momentos de inspiración, antes de que una sola palabra fuera escrita, Shyamalan también sabía que quería un estilo muy específico para este filme. “Supe que quería hacer una película que fuera electrizante, impecable y dinámica”, comenta.
El tratamiento inicial del guión de Shyamalan ya era bastante intenso, pero cuando Twentieth Century Fox pasó a formar parte del proyecto, el estudio sugirió que Shyamalan llevará todavía más allá la historia; que la abordara como una película para adultos y la llevara a extremos de tensión y terror a los que todavía no se había aventurado el cineasta. Shyamalan estaba sorprendido, pero emocionado, con la libertad que esta sugerencia trajo consigo, para dejar que su imaginación se dejará llevar todavía más. “Cuando pensé en ello, me pareció que ésta era realmente la manera de escribir esta historia, porque ya de por sí era una acerca de tabúes. Digo, si hubieras intentado hacer EL EXORCISTA como una película para adolescentes de 13 años acompañados de un adulto, hubiera sido difícil de concebir”, acota.
El productor Barry Mendel lo resume: “La principal idea de la película siempre fue impulsar el género de Night, y Fox simplemente nos dijo, ‘no hay límites, quítense todo atavío, y déjense llevar’, y así lo hicimos”. El productor Sam Mercer añade: “EL FIN DE LOS TIEMPOS toma muchos de los elementos sobrenaturales y emotivos tradicionales en las películas de Night y los lleva a un nuevo nivel. Y esta historia da por sentado una cuestión todavía más persuasiva —como humanos, ¿ya nos pasamos de la raya?”.
Shyamalan se imaginó darle un giro contemporáneo a los thrillers que se hicieron en la década de los 50’ y 60’, que abordaban la paranoia de la Guerra Fría —películas que entretenían y elevaban el medidor de ansiedad con un espeluznante sentido de inminente perdición, y, no obstante, por debajo de sus superficies turbulentas, cuestionaban sutilmente la salud del rumbo que estaba tomando la sociedad moderna. Desde los cuervos vengadores de The Birds (Los Pájaros), de Alfred Hitchcock, hasta el atómicamente creado Godzilla y las vainas agresivas tipo planta de Los Usurpadores de Cuerpos, de Don Siegel, muchas de estas historias clásicas de suspenso se proyectaban como películas de terror, pero, no obstante, dejaban al público con la sensación de un mundo nuevo y valiente, en el que la tierra hubiera podido continuar, no así la especie humana.
Shyamalan sabía que, así como con todas estas películas, la fuerza motora de EL FIN DE LOS TIEMPOS iba a ser un sentido omnipresente de incertidumbre y miedo. Pero fue un paso más allá al contemplar el tipo de perdición más inconcebible para la raza humana. “Creo que lo que es verdaderamente aterrador en EL FIN DE LOS TIEMPOS es que la gente comienza a actuar de manera totalmente opuesta a como debería hacerlo. Una conducta inexplicable siempre es muy perturbadora y existe mucho comportamiento tabú en esta historia”, explica. “Después de todo, qué es aquella cosa que hace que la especie persevere —es el instinto de alejarte de las cosas dañinas, de protegernos a nosotros y entre nosotros. Pero si despojas a la gente de ese instinto, ¿qué sucede? Las cosas se pondrán de cabeza muy, muy rápidamente”.
El escritor y director apretó todavía más los tornillos en el misterio de la historia al mantenerse alejado de cualquier explicación impecable y detallada de las causas que provocan “lo que sucede”, para insinuar meramente una reacción ambiental nociva que ha afectado la mente humana. “La película apela a tu conciencia, pero, en cierto modo, creo que el público completará las respuestas y no necesitamos que la película diga al 100% qué es lo que está pasando”, comenta. “Hay personajes que están hablando acerca de lo que realmente está sucediendo, pero son muy despreciados y desmentidos por otras personas. No obstante, creo que nuestra responsabilidad humana con lo que está ocurriendo está muy presente en la película, así como la noción de que ésta es la hora de la verdad”.
Shyamalan disfrutó el efecto liberador de desprenderse de algo por lo que se ha convertido famoso: el final sorpresivo y engañoso. Siempre contempló que EL FIN DE LOS TIEMPOS se desarrollara en 36 horas, que se moviera rápidamente desde los primeros indicios de desastre hasta un clímax singular, sin desviaciones de por medio, y así dejar a las audiencias sin aliento. “El género del fin-del-mundo era un sentimiento agradable para mí, porque si escribo cualquier cosa que parezca como si estuviera en un juego de ajedrez con el público, éste esperaría eso, incluso si yo no estuviera jugando la partida”, dice entre risas. “Pero en algunas ocasiones es simplemente una historia. En el caso de EL FIN DE LOS TIEMPOS es realmente acerca de una familia que intenta sobrevivir y aprender a amarse entre ellos, y eso fue lo que más me llamó la atención de esto. Mi meta siempre fue hacer una película dinámica donde salgas paranoico con respecto a las cosas que están sucediendo en el mundo, y que nunca antes te habías puesto a considerar realmente”.
Si bien EL FIN DE LOS TIEMPOS es en ciertas maneras una desviación para Shyamalan, como sus otros filmes, el apocalipsis a gran escala de la historia también se volvió una manera de explorar, a un nivel muy íntimo, a dos personajes en medio de una crisis personal. En el centro de la historia hay una pareja —el profesor de ciencias Elliot y la terapeuta Alma— que a pesar de que el mundo a su alrededor se está autodestruyendo, están lidiando con cuestiones de protección y cuidado del uno al otro en su vida doméstica.
“Para mí, las historias siempre son catalizadores para que los personajes tengan conversaciones acerca de la fe, del amor, de la vida humana, y para que se expongan espiritual y emocionalmente”, comenta Shyamalan. “Hay mucho en la relación de Elliot y Alma acerca de la manera en cómo funciona el amor, acerca de quiénes somos realmente en las relaciones, acerca de lo que significa ser el acosador en una relación o el acosado, y acerca de lo que nos decimos el uno al otro cuando pensamos que estamos teniendo nuestra última conversación juntos. Lo que me interesó acerca de Elliot es que tiene tanta fe en su esposa que ella sobrevivirá”.
Repentinamente, conforme se desarrollan los eventos, Elliot y Alma pasan a formar parte de una familia nuclear recién formada; surgida a raíz de tiempos aterradores, pero, no obstante, imbuida con un destellante sentido de esperanza que proporciona suficiente luz en la oscuridad a su alrededor para permitirles seguir adelante. “Espero que la nueva familia que crean sirva de metáfora para la humanidad, para nuestra capacidad de ser positivos y optimistas y seguir adelante —y, al mismo tiempo, espero que la película te deje con la sensación de que quizás y nosotros no lleguemos a tener la oportunidad si no comenzamos a cambiar algunas cosas”, concluye Shyamalan.
Mark Wahlberg, Zooey Deschanel, John Leguizamo
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